lunes, 25 de noviembre de 2024

La Obsesión

 Capitulo II
Profunda Fantasía


Armando yacía profundamente dormido, ajeno a los cambios profundos y grotescos que estaban a punto de comenzar en su cuerpo. Su mente estaba inmersa en una nebulosa de oscuridad, sus sueños eran confusos, en su fantasía la podía ver a ella, la niña de sus sueños, la fuente de su obsesión pero algo mucho más fuerte y ancestral actuaba sobre él. Un calor inquietante comenzó a invadir sus pies, extendiéndose lentamente desde la planta hacia sus dedos. Los pies, grandes y toscos, comenzaron a cambiar de color, adquiriendo un tono rosado y saludable, como si la vitalidad de la juventud se filtrara en ellos.


La piel gruesa de sus talones se alisaba, volviéndose suave y aterciopelada, cada callo y aspereza se desvanecía. Los huesos de sus pies crujían con un sonido sordo, como si fueran forzados a encogerse y comprimirse en una forma delicada y esculpida. Sus dedos gruesos y cuadrados se alargaron y afinaron, los bordes de cada uña se volvieron suaves y redondeados, adquiriendo un delicado brillo rosado. Cada uno de sus pies parecía ahora una invitación silenciosa, sus apetitosas y seductoras suelas, irradiaban una suavidad que incitaba a los pensamientos más perversos.




El cambio avanzaba por sus pantorrillas, donde el músculo y la grasa se comprimían y reconfiguraban en una forma más esbelta. Las pantorrillas de Armando, fuertes y firmes, comenzaron a afinarse; el vello se desvanecía, reemplazado por una superficie lisa y tersa. Su piel, que antes era áspera y con una textura masculina, adquirió una suavidad tan delicada que cada roce generaba una leve sensación de cosquilleo, su piel adquiría un tono más lindo, más femenino... Más de Valeria!

Sus muslos, antes anchos y fuertes, empezaron a perder volumen mientras un sonido sordo de gorgoteo emanaba de su carne. La grasa y los músculos parecían derretirse bajo la piel, reacomodándose en formas más esculpidas y femeninas, mientras un calor abrasador se desprendía de su cuerpo en forma de vapor. La cama se humedecía bajo él, cubierta de un sudor denso que empapaba las sábanas, y el exceso de materia sobrante parecía evaporarse, dejando su piel cada vez más ligera y firme.


A medida que el cambio continuaba, su cadera comenzó a ensancharse. Las caderas, antes cuadradas y rígidas, se expandieron en una curva suave y pronunciada. Los huesos crujían y se desplazaban, como si fueran ajustados en una forma más delicada y voluptuosa. Su cintura se comprimía, volviéndose estrecha y marcada, mientras su abdomen adquiría una suavidad sin una pizca de grasa sobrante, como si toda su piel se estirara en una forma más estilizada y juvenil.

Entonces, su aparato sexual comenzó a cambiar. El pene que hasta entonces había estado completamente duro, bien parado y ensuciando los bóxers de Armando con toda su leche, comenzó en un proceso lento y profundamente intrusivo a encogerse. El pene estaba por estallar, las hormonas femeninas eran demasiado para un físico masculino, el placer que sentía era tan vivo, tan delicioso, la sensibilidad estaba aumentando, a medida que mas y mas cambios ocurrieron en su físico, su miembro comenzó a encogerse, retirándose y reconfigurándose en una anatomía femenina. Cada fibra y estructura fue reacomodada, nuevos nervios nacían, vivos y cargando al hombre en una mezcla de éxtasis que nunca había sentido, elevando un orgasmo que estallo uno tras otro, mojando su ropa y cobijas por igual con su cálida y espesa leche, transformándose hasta adquirir la complejidad de un sistema femenino completo, ya no tenia un pene, ahora entre sus piernas descansaba una mojada y cachonda vagina de colegiala que añoraba furiosamente ser penetrada, Armando gemía pesadamente, su voz pronto se escuchaba entre una mezcla de lo masculino y femenino, mientras una sensibilidad desconocida se extendía por todo su ser.





 La sensación era intensa, una mezcla de placer y extrañeza, dejando su cuerpo vulnerable y sensible a cada roce con las sábanas, el placer era indescriptible, en sus sueños armando por fin la hacia suya, las imágenes eran tan reales ella estaba con su uniforme de colegiala que le quedaba perfecto, hacia resaltar sus preciosos pechos y le daba la factibilidad de acariciar sus piernas. podía subir  su falda con facilidad y así lo hizo después de un momento de besos apasionados y de caricias inicio levantando su falda.

Narra armando: 


Ella como en otras veces no puso objeción, besando sus labios carnosos nuestras lenguas se entrelazaron y mientras mi pene ya erecto y apunto de salir del bóxer rozaba su ropa interior.
Me detuve por un momento para probar sus pechos, solté los botones de su camisa y ahí estaban esos pechos duros con unos pezones bien parados, no decía una palabra pero yo sabía que esa putita cachonda estaba tan excitada como yo. Los observé por unos segundos y decidí sacar uno para posar mi boca sobre el chupe, lamí y mordisquee por unos minutos para luego hacer el mismo trabajo con el otro ella solo respiraba agitada y aprisionaba mi cabeza contra mi.



Ambos estábamos muy excitados mi pene ya estaba que explotaba queriendo salir de mi bóxer sentía como mis fluidos salían, de igual manera Valeria estaba mojadisima, me detuve para decirle que la quería penetrar que no soportaba más me respondió que "Tomara su sucia puchita de Colegiala putona" y fue así como esa noche me ofreció su puchita virgen desde luego yo respondí que si me gustaría probarla toda para mi, así que procedí a darle la vuelta y dejar de espaldas hacia mi le acaricie sus pompas por unos segundos mientras le susurraba al oído que hacía mucho que deseaba ese momentos a lo que ella respondía que igual.

 Esta putita tenía muchos deseos de ser penetrada por mi, baje su ropa interior hasta sus pies para quitarla luego la guarde en mi bolsillo y le dije que seria mi recuerdo, la putita solo sonrió con picardía pase a rozar mi pene contra sus pompas mientras Valeria se iba colocando en posición para ser penetrada ya que ella estaba muy excitada al igual que yo, sus jugos vaginales escurrían por sus mulitos y mis fluidos estaban a tope, jamás en mi vida había estado tan caliente. por unos segundos dilate con la punta de mi pene su entrada que sabia que estaría apretadita. Ambos tendríamos el placer que buscábamos, poco a poco mi pene fue metiéndose dentro de aquel agujero virgen, que ya no presentaba ninguna resistencia aún así decidí ir despacio hasta que por fin mis testículos toparon a sus nalgas había desvirgado la deliciosa puchita de la puta que tanto me encantaba ver. Esperé unos segundos sin moverme y le hice dos preguntas a Valeria.

—te duele putita ?—Ella respondió ahogando un gemido, "mmm!! no.." 
—Te gusta? jeje—


Con una voz lujuriosa respondió "Ah-hh papi me encantas" acto seguido inicio ella con un movimiento de adelante hacia atrás al principio lento pero ella misma estaba aumentando la velocidad empezó a gemir bajo, en ese momento la sujete de las caderas e inicie con mis embestidas fuertes ambos disfrutábamos Valeria gemía yo tenía la respiración agitada hasta que ella explotó en un rico orgasmo sentimos como su puchita apretaba mi pene mientras ella aceleraba sus movimientos para parar de repente con un suspiro en sonido de "aaaahhhh" no tarde mucho en eyacular dentro de su agujerito, pero luego...

Fin de la Narración de Armando.


El torso de Armando experimentó una transformación igualmente profunda. Sus pectorales se ablandaron y redondearon, elevándose y tomando forma hasta convertirse en senos llenos y delicados, con pezones rosados y sensibles, que palpitaban con cada latido. Su pecho subía y bajaba con cada respiración, ahora con una suavidad desconocida, como si cada rincón de su piel invitara al tacto.

Sus brazos, antes fuertes y cubiertos de vello, comenzaron a afinarse y a perder volumen muscular. Los músculos se retraían, y una fina capa de grasa distribuía suavemente la forma de sus brazos, volviéndolos elegantes y femeninos. Sus manos, gruesas y callosas, se volvieron pequeñas y delicadas, con dedos finos que terminaban en uñas rosadas y bien formadas.

Finalmente, su cuello y rostro empezaron a cambiar. El cuello se alargó ligeramente, tornándose elegante y refinado, mientras su mandíbula cuadrada y dura se suavizaba, moldeándose en una línea delicada y redondeada. Sus labios se hincharon, volviéndose carnosos y rosados, cada curva invitando al deseo. La piel de su rostro perdió cada arruga y marca de cansancio, estirándose en una superficie tersa y juvenil, con mejillas rosadas que irradiaban vitalidad.

Sus ojos, antes pequeños y apagados, se agrandaron, enmarcados por pestañas largas y oscuras que proyectaban una expresión profunda y seductora. Su nariz se afiló y se volvió más pequeña, perfecta en su simetría. Finalmente, su cabello creció en un torrente castaño alargándose hasta sus hombros y volviéndose suave y brillante, como la seda.



Por último sus nervios temblaron, su cuerpo antes insensible como una roca se vio envuelta en una múltiple conexión de nervios y sensores, todo su cuerpo parecía estar listo para el sexo, desde sus sensibles suelas de los pies, hasta sus bellos y delicados muslos, su fino vientre y su géneroso pecho, todo su cuerpo temblaba en un placer que solo las mujeres pueden sentir

Al amanecer, la figura que descansaba en la cama ya no era la de Armando, sino la de Valeria. La cama, empapada en sudor y residuos de la transformación, emanaba un aroma denso, toda la habitación se lleno de un intenso olor femenino, pareciera que una chica se había masturbado por horas, el olor era delicioso.. olía a hembra, no había duda, olía una mujer en celo. La metamorfosis había culminado: cada rincón de su cuerpo irradiaba juventud, belleza.

Una Feminidad Robada a la fuerza.


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